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España, Francia y Holanda lideran las estadísticas del hurto en el pequeño comercio en Europa. En España, la pérdida desconocida representa el 1,4 % sobre ventas, lo que equivale a 2.617 millones de euros (según datos del Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución 2012-2013). Este índice mide las pérdidas provocadas por hurtos de clientes o empleados, fraude de proveedores o errores internos.

Entre los comercios más afectados, son las farmacias las que padecen cada vez más el hurto y otro tipo de pérdidas, que pueden alcanzar hasta 20.000 € para un negocio de tamaño mediano.

 

Farmacias: el hurto en el punto de mira ,Según el Barómetro Mundial del hurto, las farmacias, parafarmacias, perfumerías y tiendas de salud y belleza, presentan un índice de pérdida desconocida de 1,63%, por encima de la media del sector minorista (1,4%).La pérdida desconocida en las farmacias se ha acentuado sensiblemente desde el inicio de la crisis. Los profesionales son cada vez más conscientes de este problema y buscan adoptar soluciones para mejorar de manera drástica y sostenida la reducción de las pérdidas económicas.La solución empieza por saber quién y dónde realiza los robos para adoptar las medidas de prevención adecuadas. Una gestión activa de la pérdida desconocida implica analizar los puntos críticos de control en cada etapa logística de la distribución farmacéutica.Por una parte, sabemos que el 28% de los robos se atribuye a los clientes y que el 25% a bandas organizadas. Por otra parte, el 80% de los robos se produce en los puntos de venta, mientras que el 20% restante tiene lugar en el circuito de distribución (mayoristas, transporte…).  Podemos concluir que resulta de todo punto indispensable actuar contra el hurto en los puntos de venta.

¿Cuáles son los motivos del incremento de la pérdida desconocida en el sector de la distribución farmacéutica?

Las farmacias han sufrido estos últimos años un descenso de rentabilidad significativo. La crisis ha afectado directamente al volumen de ventas, a los precios, a los márgenes así como al número de hurtos.

Para compensar la baja de rentabilidad y aprovechar la demanda del mercado, las farmacias siguen ampliando su oferta de productos. Las ventas de medicamentos sin receta, productos de parafarmacia y cosmética son hoy imprescindibles en la cuenta de resultados del negocio.

Sin embargo, este tipo de productos, disponibles en autoservicio, padece uno de los  índices de hurto más elevados (cosmética, cuchillas de afeitar, desodorantes, perfumes…). Los productos cosméticos son caros, muy atractivos y de pequeño tamaño, eso los hace más vulnerables. Además, en el contexto económico de nuestro país, se ha detectado un aumento de los robos de productos de primera necesidad. Así, las leches infantiles de venta en farmacia son también productos afectados por el hurto.

Apostar por sistemas de seguridad, una prioridad,

El control de la pérdida desconocida en la distribución farmacéutica se centra en dos ejes: el control de gestión de los circuitos logísticos y la protección electrónica de los productos.

Considerando que el 80% de robos se produce en los puntos de venta y que el 92% de las farmacias disponen de productos en escaparate abierto, la prioridad del sector es prevenir el hurto de artículos en libre exposición.

No obstante, la mayoría de los farmacéuticos considera que no están formados en prevención de robos y que no tienen equipamiento antihurto adecuado. De hecho, un estudio demuestra que el 48% no tiene sistemas de cámaras de vigilancia y el 89% no tiene antenas de seguridad.

Para reducir el impacto económico del hurto, las farmacias desarrollan cada vez más políticas preventivas, asesoradas por profesionales de la seguridad. “Si bien es cierto que estos equipos representan un gasto, el retorno sobre la inversión es muy rápido gracias a la disminución de la pérdida desconocida” explica Fabrice Fillol, co-director de Blue Beetle Security. Los equipos habitualmente recomendados para este sector son las antenas de radio frecuencia y las etiquetas antihurto personalizables. Los sistemas EAS (Electronic Article Surveillance) son ideales para limitar tanto el hurto como el robo organizado. Fabrice Fillol añade que “el ROI depende directamente de la calidad de los sistemas. Por ello, es importante seleccionar una marca reconocida por todo el sector que garantice una detección fiable y consecuentemente un índice más bajo de pérdida desconocida”.